jueves, 6 de enero de 2011

Testamento del Año Viejo 2010


Sontecomapan, Veracruz, a 31 de diciembre de 2010

Por medio de este documento debidamente membretado, sellado y redactado en la muy respetada y tres veces honorable notaria pública del Rancho Los Amigos, con dirección en la laguna de Sontecomapan, se hace constar el fin de este año 2010, en el que hubo, como en la vida misma, un poco de todo.

Tuvimos nuestros dolores y nuestros percances, perdimos al inmenso crítico Carlos Monsivaís y al destacado literato José Saramago; perdimos también, desgraciadamente, contra los pibes argentinos en un mundial que nos dejó un ligero mal sabor de boca a todos.

Fuimos testigos, a lo largo y ancho del país, de la ridícula y penosa mediatización telenovelezca del secuestro de Paulette, así como de una guerra ensordecedora y cruel contra el narcotráfico, la cual ha acabado con más vidas de las que prometió salvar.

Por su parte, un temblor dejó a Haití desamparado y el huracán Karl hizo estragos en Veracruz; inundó Tlacotalpan, aisló a los Tuxtlas por unos días y desbordó la laguna de Catemaco.

Se suman a las tragedias nunca antes vistas el derrame petrolero de la plataforma Deepwater Horizon, que enchapopotó las costas antes blancas de Louisiana y provocó la mayor desastre ambiental jamás vista. De todas estas cosas malas, el difunto 2010 quiere dejar en herencia la memoria de las mismas, para que a su hijo, el 2011, no se le olviden y podamos evitar los accidentes evitables.

Sin embargo, el 2010 no nos dejó solamente desgracias, hubo también sonrisas y alegrías.

Todos miramos (satisfechos y conmovidos) como salían los mineros atrapados de las profundidades de Chile, después de muchos días de incertidumbre.

Además tuvimos fiestas y reuniones, viajes y hubo quienes encontraron nuevos amores. Pudimos también compartir momentos felices con nuestros seres queridos y nuestras familias, tanto la biológica como aquella que escogemos: la de los amigos.

Y es justamente en este Rancho, el de Los Amigos, donde felizmente se construyó una nueva palapa con una vista espléndida, asimismo quedo bien edificada una agradable cabaña nueva, se instaló definitivamente el internet inalámbrico para todos y se remodeló la cocina. En este 2010 que nos acaba de abandonar se llevaron a cabo con éxito varios y variados cursos y retiros: dos de Chi Kung, uno de verano con Tepozniños y otro con estudiantes de Georgia Tech, así como el de construcción con bambú, que dejó como resultado una bonita y útil construcción para el comedor.

Hace pocas semanas pudimos observar igualmente una generosa lluvia de estrellas, así como un majestuoso eclipse total de luna con el que se anunciaba el fin del 2010 y comenzaban los buenos augurios para el 2011.

Así pues, se da por terminado este 2010 con la seguridad de que el 2011 será un año maravilloso el que nos espera a todos nosotros.

¡Salud! ¡y muy feliz año nuevo 2011!