jueves, 29 de abril de 2010

Fiat Panis... o de cómo hacer un horno de pan

A falta de encontrar un buen pan de corteza durita y crujiente, con los huecos que deja la fermentación con levadura, desde hace un tuempo soñabamos con tener nuestro propio horno. Durante un tiempo trabajamos con gas, pero definitivamente no es el mismo sabor (ni la misma energía) que se logra con leña... El suave olor del pan recién horneado es uno de los momentos más bonitos de la vida... entre otros más.
Además del pan, las pizzas, los pescados, las aves horneadas, en fin, toda una variedad de exquisiteces pueden ser elaboradas con el calor... y para hacer de esta poesía algo más "terrenal" decidimos hacer nuestro horno de leña, de tierra, "a la antigüita".

Hay bastantes recursos en el internet con información sobre "cómo hacer un horno de pan". Hasta hace poco, la fuente más completa era INSTRUCTABLES, un sitio de "Do it Yourself" que tiene de todo. Recientemente, el acceso a esta información dejó de ser grátis y sólamente a través de una "Licencia" o "subscripción" se puede tener acceso completo. Caray, nada es para siempre...
Para todos aquellos que se perdieron de esa valiosa información gratuita, ahora estamos tratando de "parafrasear" a la mexicana, casi el mismo procedimiento (con sus modificaciones) y a continuación presentamos una serie de fotos con el proceso de construcción de un horno de pan.

Earth Oven. Panecito. Horno de Tierra.


Paso 1. Se necesita una base para el horno de pan. En este caso, construimos un "cajón" tipo "fogón" (como los que se usan en la región para cocinar) pero más grande y de forma cuadrada. Se usaron maderas de reciclaje. Se hizo primero una base de mampostería con piedra, concreto y material de desecho. ¡Todo se aprovecha!

Paso 2. Le dimos tratamiento a la madera con chapopote para prolongar su vida útil (la humedad en esta región acaba con todo). Después rellenamos el cajón con arena de la playa (ya que el sílice que contiene la arena de playa ayuda a refractar el calor mejor que la tierra...) y pedacería de vidro (esto alegró mucho a quienes se estaban preocupando de que mi colección de botellas de licor vacías fuera en aumento...). Es importante tomar precauciones al hacer manejar la pedacería de vidrio. Nosotros cubrimos las botellas en diferentes costalillas y lonas y las golpeamos hasta reducirlas a pedacitos, después manejamos los pedacitos con guantes.

Paso 3. Se le ha de poner un techo al futuro horno, ya que sobre todo si le llueve, este se va a ir cuarteando y deshaciendo. Este techo que le hice no es suficiente. Casi casi es puro adorno, pero en un principio, ahora que estamos en temporada de secas, puede bastar. Para la temporada de lluvias lo tendré que cambiar pero no es nada complicado. Materiales: bambú, alambre galvanizado y lámina de cartón. Herramientas, machete, serrucho y taladro.


Paso 4. Sacamos arcilla de un banco que ya habíamos identificado. Lo ideal es que no tenga muchas piedras y sea mitad arcilla mitad arena. En nuestro caso, sobre la lona, le agregamos un poco de arena de mar y ¡a bailar! Agregamos agua y hacemos la mezcla que será el horno de pan. Aquí se necesitan más pies... mientras más, mejor...


Paso 5. ¡Todos esos años de experiencia haciendo castillos de arena en la playa por fin rinden frutos! Nuevamente aquí la arena es importante para ahora moldear el "vacío" del horno. Con las manos hacemos una forma de caparazón de tortuga que será cubierta por el barro. Es importante no hacerla muy alta, ya que no queremos que el calor se escape. Encima de la arena tenemos que colocar papel periódico mojado para que cubra a la tortuga. Esto es para que la mezcla de barro que vamos a colocar encima no se pegue a la arena. ¡ES MUY IMPORTANTE!


Paso 6. Cubrimos la "tortuga" con una capa de lodo de 7 a 10 cms de espesor. Vamos haciendolo por círculos, empezando desde abajo. Se hace un primer círculo hasta abajo, como "chorizo" y vamos subiendo, de uno en uno.


Paso 7. "La prueba". A las 4 horas (aprox.) de haber hecho "la tortuga" (todo depende del clima, si hay demasiada humedad, tenemos que esperar un poco más) hacemos la apertura de la puerta del horno. Sacamos la arena y la prueba es: si no se colapsa el horno, es que tanto la mezcla, como la distribución de la misma fue correcta... ¡suerte!

Paso 8. Primer fuego. Hay que darle una primera cocción al horno. Esto es para comprobar que el humo tenga una salida correcta. Ha de salir como en "cascada" hacia arriba por la parte superior de la puerta. Nosotros dejamos el fuego durante un par de horas, creo que fue demasiado...


Paso 9. La entrada. Nuevamente vamos a hacer un castillito de arena. Así lo sugiere el sitio de Instrutables, pero nos dimos cuenta que no es del todo necesario. Usamos ladrillos y la misma mezcla de lodo para unirlos. Poco a poco fuimos cerrando el arco y el secreto está en el ladrillo que va en el centro, arriba. Este ladrillo equilibra las fuerzas y permite que el arco sea estable. Cerramos el espacio entre el arco y el resto del horno con más mezcla. Aquí si es necesario recurrir a la técnica de la arena cubierta con periódico. Tengan la precaución de que el fuego previo esté apagado y les recomiendo sacar las cenizas y brasas que queden, así pueden poner la arena que se necesita sin dificultad.


Paso 10. Encima de la capa de lodo que cubre el arco y el horno, aplicamos una capa de lodo mezclada con aserrín. Esta capa (la aplicamos de 3 centímetros) tiene la función de aislante, para ayudarle al horno a conservar el calor. Se puede agregar vidrio molido, como en la base, pero está difícil hacer la mezcla de lodo. Nosotros aplicamos solamente aserrín y lodo. Después de eso, una nueva capa de lodo. Dejamos secar un poco. Es normal que haya pequeñas cuarteaduras durante el secado, aplicamos una mezcla de lodo agüadita para que selle esas cuarteaduras.

Paso 11. Necesitamos abrirle una chimenea para la salida del humo. Esta debe de ser al frente, en la unión entre el arco y la entrada del horno. Esto obliga al humo y al calor a que hagan un recorrido "hacia adelante" repartiendo así el calor más uniformemente dentro del horno.


Paso 12. Acabados, dibujos, detalles....
¡¡¡Ahora solo queda esperar a que se seque más para prenderlo!!! ¡A hornear!!!!

sábado, 24 de abril de 2010

Los trabajos y los días "del futuro"


Hesiodo era un poeta "de los grandes" de la Grecia arcaica, contemporáneo a Homero. A diferencia del su compatriota ciego que cantó las grandes luchas de famosos guerreros, Hesiódo le cantó a las labores del campo (y al Génesis de los Dioses). Nativo de Beocia, un lugarcito apratado en un península al norte de Atenas, se dedicaba a las labores del campo, como la mayoría de sus "vecinos". Esos lugares, aun hace más de dos mil quinientos años (aprox...) eran sólo para los labradores tenaces, para aquellos que se adelantaban al amanecer para romper los terrones de tierra con el arado, usando herramientas que hoy siguen siendo válidas para el campesino "de a pie".

Su poema titulado "Los trabajos y los días" es enormemente válido hoy en día, aunque algunas especificaciones se adapten solamente a la cuenca mediterránea. Además de ser una alabanza a la esforzada batalla que es el trabajo, es un pequeño manual para quien con humildad quiera involucrarse en el trabajo de la tierra.

Hoy en día, los trabajos verdes empiezan a adquirir más relevancia no solamente por los beneficios ambientales que generan, sino porque, en cuestión de finanzas, empiezan a demostrar que son más viables que la agricultura convencional que requiere de muchos insumos externos además de grandes sumas de capital y grandes extensiones de tierra (pues la tierra se agota, se cansa también). Claro, la agricultura "verde" o "sustentable" nunca podrá ser a escala tan masiva como los monocultivos modernos de soya y trigo, porque parte de un cambio de perspectiva radical: cada consumidor debe estar relacionado en alguna parte del proceso de producción y de retorno. Es un nuevo ciclo, en vez de ser un proceso lineal: producción - consumo - desecho, es un proceso circular: cuidado de la tierra - producción - consumo - desecho - reciclaje - cuidado de la tierra.

Por ser nación en desarrollo, México se está quedando un poco atrás en cuanto a el desarrollo de alternativas de formación de recursos humanos en "trabajos verdes". Seguimos inagurando institutos tecnológicos de donde exportamos mano de obra especializada en computadoras, en circuitos, (para que todo rincón de México tenga un Cybercafé) pero los institutos de agronomía o desarrollo forestal viven en la incertidumbre de "las partidas presupuestales". Esta es la realidad: la mayor parte de los alimentos en México son producidos por una minoría de empresas, que en la búsqueda de las "utilidades" desarrollan tecnología y herramientas para ahondar la herida que genera "la revolución verde" o la explotación de la tierra por medio de monocultivos, y el gobierno ha promovido que esto sea así, ya que el pequeño productor no tiene acceso ni a los programas, ni a la capacitación, ni a la tecnología, solo le queda fraccionar y vender sus tierras a Monsanto, Cargill, Maseca...

Fuera de la Universidad Agrónoma de Chapingo y otros pocos centros de investigación enfocados en el campo, no existen nuevos institutos que estén formando recursos humanos especializados en enfrentar los retos ambientales que estamos viviendo y vamos a vivir. La "otra opción" son los centros "alternativos" que surgen de forma independiente, que a base de mucho esfuerzo y trabajo, desarrollan sus propios conocimientos y van siendo reconocidos por la congruencia con la que comparten y viven. Tal es el caso de proyectos como el Bosque de Nieblas "Las Cañadas", o la Universidad de la Montaña, en Chiapas. Estos lugares son ahora un punto de referencia cuando se habla de capacitación en desarrollo sustentable.

Envidia da que en Estados Unidos o en Europa, evolucionen este tipo de "centros alternativos" bajo el cobijo de instituciones como la UNESCO. Tal es el caso del Centro Ecológico Educativo Mendocino, en WILLITS, California. Tal lugar ofrece al público programas educativos ¡gratis! en un programa "verde" que busca enseñar habilidades para la vida. Su currículum está diseñado para 20-40 alumnos y cubre diferentes materias en Ecología y Comunidades Sustentables, incluyendo:

- Permacultura
- Diseño ecologico
- Sistemas sustentables de agua y alimento
- Construcción verde - bioarquitectura -
- Energías renovables
- Entre otros temas relacionados...

Este programa está abierto a todos aquellos interesados, ¡es internacional! y busca enseñar desde la ética, los principios, las técnicas y métodos de "vivir sustentable" (el aspecto teórico), hasta la restauración de ecosistemas, producción de alimentos, reducción de residuos, participación comunitaria en el rediseño de nuestros hábitos para minimizar o eliminar el daño ambiental (lo práctico).

En Los Amigos tratamos de poner nuestro granito de arena. Conscientes de la importancia del sitio ecológico donde estamos ubicados, la Laguna de Sontecomapan, en la Reserva Ecológica de los Tuxtlas, estamos convencidos de que debería de existir al menos UNO, un centro de capacitación en desarrollo sustentable. Mientras el gobierno debate presupuestos y otras burocracias se lo comen, nosotros ponemos las manos a la obra y abrimos nuestro espacio para el intercambio de conocmietos. Para este 2010 tenemos por ahora dos cursos agendados: Permacultura, diseño de agroecosistemas, EN JUNIO; y Construcción con Bambú, durante el mes de JULIO. De igual manera, tenemos un programa permanente de voluntarios para todos aquellos que quieran vivir de manera "alternativa" durante una temporada.

www.losamigos.com.mx